LOS OVNIS Y LO PARANORMAL AL SERVICIO DEL ESPIONAJE

Es uno de los secretos mejor guardado en el departamento de Operaciones Psicológicas de todos los servicios secretos. Videntes, médiums, OVNIs y demás fenómenos paranormales pueden ser utilizados para el espionaje. CIA, FBI, MI5 o MOSAD los han utilizado, y el CNI español también.

“A esa hora estarás en la cafetería y te sentarás en la mesa más cercana al cuarto de baño. Verás que una persona con las características que te he detallado entrará en el cuarto de baño. Esperarás 60 segundos y entrarás detrás. No hablarás con él en ningún momento. El te hará la entrega de los documentos que estas buscando…”. 

Lo sé, suena a película de espías. Eso mismo pensaba yo cuando me dirigía al lugar de la cita. Según uno de los agentes del CESID con los que llevaba meses reuniendo información para mi libro “Los expedientes secretos: el CESID, el control de las creencias y los fenómenos inexplicados” (Planeta, 2001), un compañero suyo iba a entregarme los documentos que probarían que un OVNI se había estrellado en España… Si, lo se, esto también suena a película americana.

Llegué puntual a aquella cita, a finales del 2000. Esperé hasta que un tipo que encajaba con la descripción entraba en el WC y le seguí. Lo peor que podía pasar es que me tomase por un gay buscando un revolcón rápido. El tipo no me dijo ni una palabra, ni yo tampoco. Me limitaba a intentar aguantar los nervios, haciendo como que orinaba, mientras el supuesto espía se lavaba las manos y, sólo cuando abría de nuevo la puerta del lavado para salir, me golpeó en el hombro, y me señaló la papelera sin hablar. No he vuelto a verlo desde aquel día, pero en la papelera, como me había prometido mi amigo el espía, había un sobre. Y en el sobre unos documentos, con el sello del CESID y del Ministerio de Defensa.

Uno informaba sobre mis continuas entrevistas con el Coronel Juan Alberto Perote, el auténtico 007 español. El otro supuestamente informaba sobre el estrellamiento de un OVNI en suelo español, y la recuperación de varios cuerpos extraterrestres… El uno podía ser auténtico. El otro era absolutamente falso. El CESID ciertamente ha constatado varios casos de OVNIs estrellados en España, pero su origen no era extraterrestre, sino algo política y diplomáticamente mucho más grave…

Los videntes del poder

Si yo afirmase que el CNI, anterior CESID, invierte fondos del estado en videntes, adivinos y astrólogos, para que les faciliten información sensible con fines de espionaje; o que altos mandos del servicio secreto español han llegado a visitar asociaciones de parapsicólogos, para reclutar “colaboradores”, es probable que los lectores me considerasen un charlatán. Sin embargo así ocurrió. Pero para comprender como funciona ese reclutamiento de “espías paranormales” es importante rescatar de la hemeroteca dos noticias que, en su momento, acapararon la atención de la prensa internacional. Aparentemente solo reflejan una anécdota, sobre de las pintorescas supersticiones de algunos de los políticos más importantes del mundo…

En 1988 Donald T. Regan, jefe de gabinete de Ronald Reagan entre 1985 y 1987, revelaba en sus memorias la supersticiosa fe que el presidente de EEUU y su esposa, Nancy, tenían en Carroll Righter, un afamado astrólogo que contaba entre su cartera de clientes con algunos de los nombres más influyentes del momento. Entre otros, Marlene Dietrich, Robert Wagner, Gloria Swanson, David Niven o, lo que es más importante, Ahmed Zaki al-Yamani, Ministro del Petróleo de Arabia Saudita. Según desvela su jefe de gabinete, Nancy y Ronald Reagan tenían tanta fe en Righter que el entonces Gobernador de California estableció la ceremonia de toma de posesión de su cargo, a una hora tan intempestiva como las 12:10 de la madrugada, porque era la de mejor influencia planetaria según sus astrólogos. Y no debían estar muy errados ya que tras ese nombramiento Reagan llegaría a la Casa Blanca. Desde entonces los Reagan consultaban con su astrólogo muchas decisiones, hasta el extremo de haber solicitado la carta astral de Mijail Gorbachov para obtener “pistas sobre su carácter y probable conducta” durante la cumbre Reagan-Gorbachov, en la cual se establecieron las horas de las reuniones en base a lo que los astrólogos sugirieron como “momentos de mejor influencia planetaria”. El mismo Reagan menciona a Righter en sus memorias como “uno de nuestros buenos amigos…”.

Por otro lado, el 25 de junio de 2000, los telespectadores del programa “Le Vrai Journal” pudieron escuchar, atónitos, las grabaciones magnetofónicas realizadas por la vidente Elizabeth Teissier al presidente francés François Mitterrand, cuando este acudía a su consulta en busca de consejo político. La inconfundible voz del presidente aparece angustiada en las cintas de Teissier, al consultarle temas como el mejor momento para que Francia afrontase la primera guerra del Golfo: “Usted me dijo que había días que era mejor hablar y otros que era mejor no hacerlo. Hace falta que intervenga, ¿cuál sería el mejor día, domingo, lunes…?”. Durante seis años las cartas de la vidente aconsejaron al mandatario en temas tan importantes como el golpe de estado en Moscú o la fecha del Tratado de Maastrich.

En realidad, a ningún servicio secreto extranjero le importa lo más mínimo si Carroll Righter o Elizabeth Teissier poseen poderes sobrenaturales auténticos o son unos charlatanes. Tampoco los interesa si la astrología o el tarot son disciplinas serias o una pseudociencia. Lo único que le importa a un servicio secreto es que la fe de dos jefes de estado en sus respectivos videntes abren una vía de acceso para obtener información o, en su defecto, para desinformar. No hace falta ser James Bond para deducir lo útil que habría sido, para cualquier servicio secreto, fichar a Righter o a Teissier como colaboradores. A través de las consultas que les hiciesen sus poderosos clientes, podrían espiar cuales eran sus inquietudes, preocupaciones y puntos débiles políticos. Pero además, manipulando sus “revelaciones” esotéricas, podrían abrir una línea de influencia en sendos jefes de estado. Ese es el objetivo más goloso para cualquier espía...

 Y eso ya ha ocurrido…