EL MISTERIOSO CASO DEL NIÑO-PINTOR DE MÁLAGA

FECHA: 6 ABRIL 1987

LUGAR: MÁLAGA (ESPAÑA)

IMPLICADOS: INTERPOL

BRIGADA DE HOMICIDIOS DE LA POLICÍA NACIONAL

ÁREA DE DELINCUENCIA VIOLENTA DE LA POLICÍA

El 6 de abril de 1987 David Guerrero Guevara, un niño malagueño de 13 años salió de su casa en dirección a una sala de exposiciones, pero jamás llegó a ella. Desapareció sin dejar rastro. Cada año la Policía española recibe más de 7.000 denuncias por desapariciones, y algunas jamás llegan a resolverse. Los expedientes de estos casos continúan abiertos.

Domicilio de la familia Guerrero

C/ Sargento García Noblejas, Málaga

12:30 P.M.

Jorge Guerrero Sánchez y su esposa, Antonia Guevara, estaban destrozados. El cabello de él se había tornado cano, y el rostro de ella reflejaba las infinitas noches de insomnio esperando ansiosamente una noticia.

Desde que su hijo David había desaparecido misteriosamente, un desafortunado 6 de abril, la familia Guerrero-Guevara no había vuelto a conocer la paz.

Jorge y Antonia nos recibieron con toda amabilidad. Sabían que cuanto más se hablase de David, cuantas más veces su fotografía fuese publicada en prensa o emitida en televisión más posibilidades habría de obtener alguna pista sobre su paradero. Lamentablemente, hasta el día de hoy, y a pesar de la enorme divulgación que se hizo del caso, no hay ningún rastro sobre David Guerrero Guevara.

"Era muy introvertido y casi no tenía amigos -nos explica Antonia mientras nos enseña el cuarto de David-, se pasaba todo el día pintando". Efectivamente, en la habitación del joven pintor se almacenan centenares de pinturas, óleos y dibujos de todo tipo.

"Una vez ganó una bicicleta en un concurso de pintura -apunta orgulloso su padre- pero todavía está almacenada en el balcón. Nunca llegó a utilizarla porque prefería estar en casa dibujando".

"Aquel día -dice su madre refiriéndose al día de la desaparición- se encontraba un poco indispuesto. Estaba nervioso porque sus profesores iban a ir a ver su cuadro a la exposición, y con los nervios le dolía un poco el estómago. Salió del colegio y se vino corriendo a casa como todos los días. Merendó y vio un poco los dibujos animados. Y a las siete menos veinte cogió sus pinturas y su bono bus, y salió hacia la sala de exposiciones... pero aún no ha vuelto...".

En el momento de la desaparición David se dirigía a la Sala de Arte La Maison, donde por primera vez se exponía un cuadro suyo. Allí encaminamos nuestros pasos.

Antonio Mª Marín, director de La Maison nos hacía desestimar una de las primeras hipótesis popularizada para explicar la desaparición de David; que fuese secuestrado por alguna banda de traficantes de arte para falsificar obras famosas.

"No. - responde tajante Antonio Marín- Evidentemente David pintaba bien. No era una cosa maravillosa pero con el tiempo podía llegar a ser un pintor más o menos reconocido. Sin embargo, un artista como es un pintor, no puede trabajar bajo presión, es impensable. Además no basta con dibujar bien, necesitaría conocimientos sobre las mezclas de colores, la textura de los oleos y pinturas, etc. No, personalmente me parece impensable que al muchacho lo secuestrasen para falsificar cuadros, quizás dentro de unos años fuese posible, pero no ahora. En mi opinión probablemente el culpable fue algún homosexual que se lo llevó, hizo con él lo que quiso y después, al ver el revuelo que se ha armado se deshizo del niño. Por desgracia debo pensar que ahora está muerto y escondido en algún sitio".

Jorge Guerrero no comparte esta posibilidad. Según nos decía:

"David regresaba directamente a casa en cuanto salía del colegio, y cuando iba por las noches a la academia yo iba a buscarlo. Solo salía alguna vez a la playa conmigo, así que no tenía tiempo de hacer amistad con ningún homosexual sin que nosotros lo supiésemos. A menos que lo conociese en el colegio".

Sin rastro

Y allí nos encaminamos. En el colegio "El Divino Pastor" pudimos interrogar a sus profesores y tutores: Miguel Mancheño (profesor de dibujo), Pedro Valencia (Profesor de Educación Física), Adolfo Ramos (ex-tutor y profesor de Lengua) y Rafael López (tutor y profesor de naturaleza). Todos coincidían al describir el caracter de David:

"Era un muchacho de carácter más bien introvertido, su facilidad para el dibujo hacía de él un poco líder porque cada vez que necesitábamos caricaturas o dibujos para la revista o el almanaque del colegio recurríamos a él, así que los otros chicos se sentían un poco atraídos, pero por supuesto no sexualmente. Era más o menos un estudiante normal. No es que sacase notas excepcionales, pero tampoco suspendía. Evidentemente en dibujo era una excepción".

En lo que no coincidían sin embargo los profesores de David era en sus hipótesis sobre la desaparición, alguna verdaderamente sorprendentes. Pedro Valencia por ejemplo opinaba:

"Yo creo que su desaparición no está relacionada con su facilidad para pintar. Probablemente se lo llevó alguna de esas sectas que tanto frecuentan ahora ¿Cuantos niños desaparecen y luego se encuentran sus cadáveres sacrificados por algunos de esos grupos de chalados?". Adolfo Ramos incluso se atreve a apuntar tímidamente a la hipótesis "abducción": "Ya hemos pensado en todo y nada tiene sentido... a lo mejor habrá que pensar en los platillos volantes"...

Otros especularon con que hubiese huido de casa por problemas familiares, otros suponían una novia secreta, algunos hablaron de puertas a otras dimensiones, y algunos se aventuraron con la posibilidad del tráfico de órganos.

Lo único cierto es que a las 18:40 del 6 de abril de 1987 David Guerrero Guevara salió de su casa en el malagueño barrio 25 años de Paz portando como único equipaje unos lápices de dibujo y un bono-bus. Cruzo una céntrica avenida y llegó a la parada del autobús, pero no llegó a tomarlo. Simplemente desapareció, y hasta ahora nadie ha vuelto a verlo.

Desapariciones imposibles

David tenía 13 años cuando desapareció. Inmediatamente su foto apareció en todos los periódicos del país, y se hizo familiar en todas las cadenas de televisión. La Policía e incluso la Interpol distribuyó su fotografía por todo el mundo. Málaga estaba "empapelada" con carteles de SE BUSCA y la foto del muchacho, pero nadie pudo dar una sola pista sobre su paradero. El barrio 25 años de Paz es un barrio humilde, y los vecinos matan el rato tomando el sol y charlando en los patios de la zona. Es absurdo pensar que alguien pudiese secuestrar al niño en plena calle, o forzarlo a entrar en un coche sin que no lo viesen docenas de testigos. Pero nadie sabe nada.

Por desgracia el de David no es un caso único. Un año antes otro caso similar acaparó los medios de comunicación. Juan Pedro Martínez Gómez, de once años, viajaba con sus padres en un coche a la altura de Somosierra cuando se produjo un accidente. Los cuerpos de sus padres se encontraron entre los restos del camión, pero Juan Pedro no apareció, ni vivo ni muerto. Desde aquel 25 de junio de 1986 nadie lo ha vuelto a ver a pesar de la espectacular búsqueda realizada a través de prensa, radio y televisión, dentro y fuera de España.

David y Juan Pedro no son más que dos de los miles de casos de niños que todos los años desaparecen sin dejar rastro en el mundo. Como si se los hubiese tragado la tierra... o el espacio...