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Jenny Theresa Contonio estaba obsesionada con los científicos, sobre todo con aquellos de gran fama mundial que negaron la existencia de Dios. Pero llegó un momento en que la estadounidense residente en Noruega centró su obstinación en Stephen Hawking, uno de esos investigadores de fama internacional que había reconocido públicamente su ateísmo. Estaba tan ofuscada que llegó a opinar en un foro que Dios había castigado a Hawking con la enfermedad que lo tiene postrado en una silla de ruedas -la esclerosis lateral amiotrófica (ELA)- para entorpecer su labor investigadora y que no expandiera.
En su mente, influenciada por el fundamentalismo cristiano, no cabía nadie que osara poner en duda que había sido Dios quien creó el Universo, la Tierra, los seres humanos y absolutamente todo lo que existe. Esto explica que Jenny Contonio invirtiera mucho dinero en perseguir a Stephen Hawking por todo mundo y llegara a viajar el pasado fin de semana a Tenerife para estar cerca del ser que más odiaba. Incluso, se permitió el lujo de hospedarse en un hotel, el Conquistador de Playa de Las Américas, que cuesta unos 200 euros por noche. El personal del físico británico ya conocía las andanzas de esta mujer de 37 años delgada, pelirroja, con pelo corto, tez pálida, ojos claros y mirada perdida y melancólica, pero Jenny nunca se había pasado de la raya.
Nunca hasta que llegó su viaje a la Isla aprovechando que Hawking era la estrella invitada al Festival Starmus. Las decenas de amenazas que envió esta mujer el martes -más de un centenar- a la cuenta de Twitter y el correo electrónico personal de Stephen Hawking contrastan, sin embargo, con su actitud en los Juzgados de Arona, cuando fue llamada a declarar el viernes en el juicio rápido contra ella por el delito de amenazas graves. Los mensajes, según fuentes de la investigación consultadas, denotaban que esa ofuscación se había desatado, se había hecho peligrosa e inmanejable. "Te voy a matar". "Estoy muy cerca de ti. Te mataré y te meteré en una bolsa para cadáveres". Por eso saltaron las alarmas y el personal de Hawking puso inmediatamente la situación en conocimiento de la Policía Nacional de Playa de Las Américas.
Pero en los Juzgados, Jenny ya no parecía tan obsesionada. Vestida con camisa blanca y pantalón oscuro, se comportó con frialdad, con timidez, como consciente de que se había equivocado, y llegó a decir a la juez que en verdad ella amaba a Hawking y no quería hacerle daño. Los agentes que la detuvieron el miércoles en el mismo Hotel Conquistador y que la interrogaron, de todas formas, la vieron como una persona extraña, inestable, con aparentes problemas psicológicos, tan desesperada por estar cerca de Hawking que hasta se alojó en un hotel muy próximo a la Pirámide de Arona, donde se desarrollaba el Starmus. Tenía en la habitación mapas con indicaciones de los recorridos que pensaba que iba a seguir el físico en Arona, tallas y otros objetos religiosos. Incluso, los policías nacionales creen que pudo haber accedido al Festival por los detalles que daba en sus mensajes para dejar claro que estaba muy cerca de él. Sabía de Hawking hasta la dirección de su residencia en Londres, por donde se movía, cuando había llegado a Tenerife... Lo había hecho el 12 de junio.
Los organizadores del Starmus, un festival científico que cumplía este año su tercera edición, no quisieron confirmar si esta mujer llegó a estar en la sede. "Todo se supo el martes y el miércoles ya estaba resuelto con la detención de la acosadora. No entendemos por qué se ha dado tanta trascendencia a este hecho anecdótico ante la importancia de las conferencias ofrecidas", aseguró una de las componentes de la organización de un foro, fundado y dirigido por el investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias Garik Israelian, que este año logró traer a nada menos que 11 premios Nobel y ha tenido una gran repercusión internacional. Es muy probable que Jenny Theresa Contonio llegara a entrar a la Pirámide, según la Policía Nacional.
La mujer vive en Noruega
Nacida en Estados Unidos, lo poco que se sabe de ella es que tiene 37 años y que vive en Noruega, concretamente en Flora, un municipio de cerca de 12.000 habitantes situado en la provincia de Sogn og Fjordane. La casa en la que está empadronada se encuentra en la ciudad costera de Florø, el centro administrativo del municipio y a la vez la población más occidental de Noruega.
Los investigadores creen que su indignación hacia los científicos ateos como Hawking procede de la fe de esta mujer en alguna de las iglesias fundamentalistas de Estados Unidos, en las que participan millones de personas en este país. Estas iglesias ultraconservadoras, que siguen a rajatabla la Biblia o la reinterpretan de forma extremista, suelen atacar a los investigadores que niegan la existencia de Dios. La Evangélica es la más poderosa en EEUU pero hay muchas más. Movida por este odio que pudo incubar desde pequeña, Jenny ha vertido comentarios contrarios a toda teoría que ponga en tela de juicio que fue Dios el gran creador. Gracias a su enorme y decisiva labor de divulgación científica y al hecho de haberse convertido en uno de los científicos más populares y reconocidos en todo el mundo, Stephen Hawking no ha permanecido ajeno al siempre vigente debate que opone a la ciencia y la religión.
Ya desde los años 90, Hawking dijo abiertamente que el universo "está gobernado por las leyes de la ciencia", además de sostener que el concepto religioso de Cielo es un mito, "una historia creada para las personas que tienen miedo a la oscuridad", y que no cree en él ni en la vida después de la muerte.
"No hay ningún Dios"
En una entrevista a El Mundo en 2015, en la segunda ocasión que vino a Tenerife para colaborar con el Starmus, el astrofísico británico apuntaló su ateísmo: "En el pasado, antes de que entendiéramos la ciencia, era lógico creer que Dios creó el universo. Pero ahora la ciencia ofrece una explicación más convincente. Lo que quise decir cuando dije que podríamos conocer la mente de Dios, es que comprenderíamos todo lo que Dios sería capaz de comprender si acaso existiera. Pero no hay ningún Dios. Soy ateo".
No era la primera vez que Hawking sufría molestias de algún admirador pero la situación nunca llegó a complicarse tanto como esta semana en Tenerife con Jenny Contonio. El premio Príncipe de Asturias ya había sufrido una odisea con su segunda esposa, la enfermera Jane Wilde, la madre de sus tres hijos. Jane fue investigada por maltratar presuntamente a Hawking pero el caso se archivó pues el físico no quiso colaborar. Hawking permanece descansando en un hotel de lujo del sur de Tenerife. Mientras, Jenny, su acosadora, tenía previsto marcharse ayer de Tenerife con una condena bajo el brazo por amenazar de muerte al físico: cuatro años de prisión -que no cumplirá por carecer de antecedentes penales-, una orden de alejamiento que le prohíbe acercarse al científico a menos de 500 metros y la prohibición de comunicarse por cualquier medio con él durante ocho meses. Jenny, además, no ha logrado amedrentar a Hawking. Y es que es una de las personas que más tiene claro que Dios no existe.
Fuente: Daniel Millet
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